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lunes, 15 de mayo de 2017

Pavimentos ecológicos, muy sostenibles, verdes y amigos del medioambiente

William Thomsom dejó dicho algo así como …cuando no puedes medirlo, cuando no puedes expresarlo con números, tu conocimiento es precario e insatisfactorio: puede ser el comienzo del conocimiento, pero apenas has avanzado en tus ideas en la etapa científica, cualquiera que pueda ser la materia". Lo cierto es que Lord Kelvin también es autor de algunas sentencias francamente erróneas, por ejemplo, cuando predijo la imposibilidad de construir máquinas voladoras más pesadas que el aire. Sin embargo, atribuir la calificación de sostenibles a cierto tipo de pavimentos, parece que sí debería basarse en números antes que en intuiciones voluntaristas, por bienintencionadas que sean.

De hecho, decidir acerca de la sostenibilidad de materiales o tecnologías debe requerir la verificación del cumplimiento de numerosos requisitos que sólo en ciertos casos pueden establecerse con alguna precisión.

Ciñéndonos a la dimensión ambiental de la sostenibilidad, por simplificar, parece que sí podríamos hacer afirmaciones como las siguientes:
  • una pesca es sostenible si el ritmo de las capturas es inferior a la tasa de crecimiento de la población de peces restante, o insostenible cuando se supera dicha tasa.  Otro tanto podría decirse de una silvicultura sostenible o insostenible
  • las aguas residuales pueden verterse en una corriente superficial, un lago o un acuífero subterráneo de modo sostenible a un ritmo no mayor al que las bacterias y otros organismos puedan absorber sus nutrientes sin desbordar y desestabilizar el ecosistema acuático. El vertido será insostenible en cualquier otro caso. 
Pero se comprende que, en general, la determinación de los umbrales de sostenibilidad de modos de producción o de tecnologías que involucren un gran número de actividades industriales no puede ser, en absoluto, una tarea sencilla.

En cualquier caso, mi primera reflexión tiene que ver con la propia naturaleza de tales umbrales. Hace tiempo que sospecho que Aristóteles defendería que, en cuanto a la sostenibilidad, es de aplicación su principio del tercio excluso: entre el ser y el no ser no hay término medio. Creo que él se referiría a tecnologías sostenibles o a tecnologías no sostenibles y nunca a tecnologías muy sostenibles, ni siquiera a tecnologías más sostenibles.

Pero dejo ya mi introducción filosófica. Nadie necesita citar a Lord Kelvin, ni al estagirita, para convencer a los ingenieros de que el cálculo, aunque sea con números gordos, es más conveniente que la intuición y de que, si acaso, podríamos distinguir entre tecnologías más o menos insostenibles. Sin embargo, no me puedo resistir a comentar unos ejemplos, afirmaciones tomadas de la vida misma, porque en ocasiones me surgen dudas a ese respecto y me gustaría compartirlas con mis eventuales lectores.


1. Reciclar en frío es más sostenible que reciclar en caliente.

Una eficiente regeneración del betún contenido en el RAP requiere su combinación con el nuevo betún (o betún + rejuvenecedor) incorporado a la mezcla. Como sucede con el resto de ligantes, ello exige calentarlo a temperaturas unos 100 ºC superiores a su punto de reblandecimiento. En el extremo contrario, cuando el reciclado tiene lugar a temperaturas inferiores al punto de reblandecimiento, no cabe esperar que el comportamiento del RAP supere excesivamente al de una piedra negra. Por esta razón, la recuperación de betún envejecido es mayor cuando se recicla en caliente: una tonelada de RAP reutilizado en caliente requiere mínimas aportaciones de betún, mientras que cuando se recicla en frio debe aportarse un nuevo ligante en proporciones muy superiores.

Si referimos nuestro análisis al consumo de nuevo betún por tonelada de RAP el balance es netamente favorable al reciclado en caliente. ¿Puede decidirse qué tecnología de reciclado es más sostenible (o menos insostenible) observando únicamente las emisiones directas de CO2 durante la fabricación de la mezcla bituminosa?

2. Las mezclas bituminosas con altas tasas de reciclado o tasa total son muy sostenibles

Es innegable que el coste de la reutilización de RAP crece con la tasa de reciclado: aumentan las necesidades de pre-tratamiento del RAP, las dificultades del diseño de mezclas y la elección del betún rejuvenecedor, mientras que la operación de la central de fabricación (y la propia central) es más compleja. Es relativamente sencillo relacionar economías por tonelada de RAP con tasas de reciclado para comprobar que la tasa de reciclado idónea es la mínima compatible con una total reutilización del RAP disponible.

Completemos nuestro análisis considerando que la disponibilidad de RAP no supera aún en España el 15% de la producción de nuevas mezclas bituminosas (en Francia o Alemania esa proporción del orden del 25%). Tomando este límite en consideración, junto con el hecho de que incrementar innecesariamente las tasas de reciclado reduce los beneficios y la eficiencia de la técnica ¿no cabe dudar de la máxima sostenibilidad de las mezclas con las mayores tasas de reciclado, tasas para las que no hay, ni se espera que haya, suficiente RAP disponible?

3.     Los pavimentos elaborados con polvo de NFU son verdes y sostenibles

Los pavimentos elaborados con mezclas o ligantes bituminosos que incorporan polvo de neumáticos fuera de uso (NFU) se describen también como verdes y sostenibles. No pretendo negar el interés de utilizar residuos en sustitución de nuevas materias primas pero confieso que también aquí me asaltan algunas dudas: ¿las altas temperaturas necesarias para fabricar mezclas con polvo de NFU no suponen ahora inconveniente alguno? ¿la futura reciclabilidad del pavimento no se verá afectada de algún modo?

Sin embargo, hay una cuestión que me llama más la atención: contamos con una normativa que pretende hacer de las carreteras el destino final de este residuo a la vez que admite (cuando no exige) que se elimine el polvo mineral de recuperación, incluso a costa de una operación ineficiente de la central de fabricación, convirtiéndolo en un residuo contaminante. ¿Desechar cientos de miles de toneladas de polvo mineral de recuperación que no es más que una parte del árido fino utilizado en la fabricación de las mezclas no cuestiona la sostenibilidad de los pavimentos bituminosos? ¿Aún generando, innecesariamente, esa enorme cantidad de residuos, nuestros pavimentos serán verdes y sostenibles si logramos incorporar unos miles de toneladas de residuos procedentes de otras industrias?

4.     Las mezclas templadas son muy sostenibles porque reducen más de un 75% las emisiones CO2

Finalmente, un apunte en relación con la emisión de CO2 en la central en función de la temperatura de fabricación. Reducir esta temperatura es una buena práctica ambiental que no requiere ser defendida con contabilidades exageradas cuando no completamente erróneas. No deja de asombrarme, sin embargo, que se confunda temperatura de ebullición del agua con temperatura de evaporación, en gráficos según los cuales cuando se fabrica a 100,5 º C se consumen 2,5 kg más de fuelóleo que si la fabricación tiene lugar a 99,5 ºC. Si basamos la contabilidad ambiental en este tipo de modelos tendremos que admitir que nuestras atribuciones de sostenibilidad sean completamente cuestionables.

En este punto me viene a la memoria una frase de Einstein (última cita, lo prometo): hay que hacer todo tan sencillo como sea posible, pero no más sencillo. Las emisiones de CO2 en la central de fabricación dependen de muchos y relevantes factores antes que de ese 1 ºC: tipo de combustible, temperatura ambiente, altura sobre el nivel del mar, humedad de los áridos, configuración y equipamiento de la central, régimen de fabricación y modo de operación, aportación de polvo mineral, rechazo de polvo mineral u otras fracciones de áridos… Sería muy conveniente evitar simplificaciones inapropiadas si queremos defender correctamente la sostenibilidad de cualquier tecnología.

En fin, opino que debemos reivindicar mejor nuestra condición de ingenieros, o de científicos. Propongo que describamos con rigor, numéricamente siempre que sea posible, las tecnologías ambientalmente más correctas, o las tecnologías de menores impactos ambientales,… y que sean otros quienes se refieran a materiales o productos muy o más sostenibles, verdes, ambientalmente más amigables y ecoeficientes, etc, simplemente porque hoy la sostenibilidad vende y sin apenas justificación. Desarrollo sostenible y sostenibilidad son conceptos demasiado importantes para contribuir a su devaluación aún antes de que hayan empezado a dar sus primeros frutos.


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